domingo, 30 de noviembre de 2008

"Coge mi mano...y sigueme"

Ya concereis de mí ese afán por recopilar frases, párrafos que me encuentro por ahí, sueltos o enlazados a una historia, sí, todo va unido a una historia y sobre todo la historia va precedida por un acontecimiento.
Pues un epíteto que cayó en mi manos, no me preguntéis cómo porque a tanto no llego, me hizo pensar. Bravo, un diez para mí!
Pensar es alucinante y no cuesta ni un duro, cuidado con el uso apropiado de la palabra, ahora sería un euro.
No te lies y ve a lo que quieres decir, estábamos en lo del encuentro fortuito del maravilloso epíteto.
Dice así:
-No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino la opinión que se tiene de ellas.
Qué os parece? Yo estoy de acuerdo, de ahí el que a todos nos preocupe el qué dirán si hago esto o aquello.
Cortemos el lazo, seamos valientes y afrontemos las circunstancias de modo individual.
Nos llegan voces por la izquierda, aconsejando, acobardando, acuchillando.
Voces por la derecha que obligan a hacer examen de conciencia y nos recogemos en nuestro interior y recapitulamos en el tiempo, nos sinceramos y creemos que somos neutrales, levantamos un muro para que nadie intervenga, no dejamos que ni un solo consejo nos influya y...qué ocurre?
Falso. Imposible refugiarte porque la opinión sí cuenta y esa realidad está siempre ahí. No podemos darle la espalda ya que el individuo es un ser social, con todo lo bueno y todo lo malo.
Qué hacer entonces?
Menudo panorama, os imagináis? Una cuerda firme y como un principiante nos subimos a ella intentando mantener el equilibrio, centrado en nuestros pasos y sin querer levantar la vista para no encontrarse con un público que no deja de mirar, casi no respira y que espera que atravieses su longitud sin apenas vacilar.
Y ya que hemos decidido subir a esa cuerda no podemos dudar y agachar la cabeza asintiendo nuestra derrota.
Para mí no existe el miedo, acepto el perder, puedo caer a mitad del trayecto pero siempre habiendolo intentado y os puedo asegurar que no me importa decir: me equivoqué.
Hoy por hoy me siento fuerte aunque, siempre, los dichosos fantasmas están ahí, viven con nosotros, anidan en algun lugar de nuestra conciencia y a menudo nos gastan una faenita.
No podemos volver del revés los sentimientos ni tampoco dejarnos llevar por ellos.
No son una prenda que metemos en la lavadora y una vez acabado el programa, incluyendo prelavado, está disponible para usar de nuevo.
Quién dijo que al eliminar el problema todo sería calma!
No quiero palabras que prometen un cambio.
No quiero borrar lo pasado sin aceptar sus consecuencias.
Quiero abrir los ojos por las mañanas y sentirme en paz con mi conciencia.
"En el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre"

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