domingo, 9 de noviembre de 2008

Volver a empezar...

Se acabó ser la mitad.
Me sitúo en el km 0, muy firme, la mirada al frente, sin parpadear, la barbilla segura y con toda la fuerza que me dan mis 50 k aprox., me propongo no caer.

Si de algo estoy segura es de ser consciente de la determinación que he tomado. No ha sido un impulso, un decir ya basta, un ya "se acabó". No, no y no. Estoy en la plenitud de mi madurez, es mía, solo mía.
No tuve adolescencia. Hice un puente y me salté por alto ese periodo mágico donde todo se confunde. La ilusión, la fantasia, el equivocarse y tragarse la arrogancia que dan los pocos años y la escasa experiencia.
Ahora, y a pesar del dolor que sufro, se que se abre ante mí toda una vida preciosa y sobre todo que es mía, me pertenece y aunque hay situaciones que debo seguir afrontando, mi vereita me la construyo yo y mi camino será ir adelante sin volver la vista atrás.
Creí que había que buscar la otra mitad para formar un todo. Es conocida la frase: buscar la media naranja. Pero eso es un error.
En primer lugar es necesario que cada uno sea como es sin ocultarse a sí mismo por miedo a defraudar. No interpretar un papel, ese papel que tú sabes que encandila a la otra persona pero que, muy a tu pesar, sigues adelante porque así te sientes aceptada.
Y la madeja dia tras dia va creciendo a la vez que tú empequeñeces y llegas casi a desaparecer.
Solo son tus ojos, tu mirada, ese vacío tan inmenso que emana de tu interior y que como un hilillo tira de la madeja y da el tirón.
Y sales del fondo, sin apenas aliento, pero con todo el empuje que te dan las ganas de vivir.
Si caes te levantas. Si te pisotean que no noten tu dolor. Si crees que ya nada merece la pena y te dejas llevar por la monotonía, levanta tus ojos al cielo y verás como el sol sigue allí. El te dirá :
chica, más desastres que he presenciado en mi larga carrera, tantas las penas que me he tenido que tragar y sin embargo aquí me ves, resplandeciente y lleno de energia.
Deja que te acompañe, siempre estaré aquí haga frio o llueva o nieve.
Y el sol se convirtió en mi modelo a seguir. Por eso no se me hace cuesta arriba Volver a empezar.

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