jueves, 27 de agosto de 2009

Despójate de todo lo que estorba.

Déjate llevar!
No pongas límites a tu fantasia y verás cuanta riqueza encierras en tu interior!
Déjate descubrir y descubre!
Las personas no somos maniquíes. La ropa con la que cubrimos nuestro cuerpo no es más que eso, ropa.
Desnúdate y acaricia tu piel!
Hay tantos rincones por ahí que desconocemos y que ignoramos y sin embargo, cuando lo palpes sentirás como un calambre recorre cada punto, cada poro de esa isla desconocida.
Hazla tuya.
El cuerpo humano es común a todos, claro, con una ligera diferencia. Verás, unos con más gramos que otros, unos con cuerpo escultural y una mayoría con cuerpo en busca del equilibrio. Los hay rubios por naturaleza y los que son gracias a los tintes. Están los morenos, pelirrojos, albinos, los ya canosos y aquellos que van unas veces de una manera y otras presumen de lo que no son o de lo que carecen. Pero a fin de cuentas somos comunes.
Y luego están las fantásticas normas de conducta para hacernos entrar por el aro y...cuidado! no te salgas del plato porque la condena será perpetua y la llevarás a rastras el resto de tu vida.
Pienso, luego existo. Existo y por tanto puedo pensar. Y pensar significa no asentir siempre.
El desacuerdo no ha de resultar conflictivo, no debe suponer rebeldia ni desequilibrio.
Pensar debe ser algo libre, sin límites ni fronteras.
Pensar no tiene fecha de caducidad.
Pensar es un viaje fantástico donde puedes jugar con lo incógnito, cerca del fuego, cerca del abismo.
Déjate llevar por él y abandona lentamente el piso firme. Asciende sin miedo y sentirás cómo se afloja la cuerda, sin presión ya, sin ese corsé imaginario que a veces nos ahoga.
No es ficción, eso existe y todos podemos gozar con ello. Sólo tienes que dar el paso y enfrentarte con tu realidad.
Se trata de no mentir, que todo sea verdad, solo así serás tú.
Y recuerda:
Estés donde estés, estés con quienes estés, no recurras a artificios ni disfraces.