sábado, 27 de febrero de 2010

Sin palabras

A veces las palabras entorpecen la comunicación.
A veces el tono inequívoco conduce nuestros deseos o pensamientos por un camino inesperado, contrario al que deseamos. Son pequeños matices los que llevan el ritmo de la conversación, imperceptibles pero causantes de una reacción totalmente opuesta a la que deseábamos.
Suponer que emplear bien el lenguaje ya asegura el éxito es un error.
No hay nada no importante. Es el todo, el conjunto, la armonía creada, la buena onda, la globalidad lo que hace que fluya ese hilo conductor del mensaje que está en juego.
A veces hablamos por hablar, repetimos ideas que creemos nuestras pero que han quedado grabadas en nuestra memoria y que empleamos porque nos parecen ideales en cierto momento.
No han sido siquiera meditadas, no son nuestras.
Falseamos, utilizamos un lenguaje que ni siquiera conocemos, tan solo lo adoptamos para hacernos sentir bien. Son palabras huecas, desprovistas de nosotros, por ello a veces al decirlas nos quedamos algo parados y, creo que más de uno ha pensado:
"Vaya, desconocía eso de mí"
Pero antes de dar marcha atrás y rectificar que, según dicen es cosa de sabios, continuamos con el montaje y llegamos a puerto. Ahí damos por concluida la parodia y nos sentimos satisfechos.
Acumular triunfos de ese tipo nos lleva a la insatisfación. No es aconsejable hacer teatro dia sí y, ya puestos, por qué no también el dia después.
La vida no es una comedia, la vida no es un sueño. Los sueños...sueños son y hay que dejarlos para el descanso de la mente no para la realidad del dia a dia.
Palabras sencillas con tono armonioso, palabras dichas con sinceridad y claridad dan más en el clavo que aquellas que son "tan bien puestas".

jueves, 4 de febrero de 2010

Qué pronto se hace tarde!

Entierra bien al tiempo.
Que cree raices bien profundas para que ningún temporal se lo lleve.
Protégelo y fertiliza su tierra para que de buenos frutos.
No consientas que nada ni nadie enturbie cada segundo tuyo y saborealo conscientemente.
Muchos mandamientos tiene el tiempo y muchas son las ocasiones en las que dejamos escapar ese segundito sin darle importancia porque...son tantos los que nos quedan!
Sin embargo, si se es propietario de una fortuna, dinero, inmuebles, herencias, buscamos la manera de que ésta produzca más y no desperdiciamos ni un solo céntimo ya que eso sería un despilfarro.
El valor de lo material enfrentado al valor de aquello que no podemos pesar, que no tiene precio y sin embargo, cuando carecemos de ello, cúanto dolor sentimos!
Quizá para mañana sea tarde, quizá ya no vuelva ese momento, quizá...quizá...
En este mundo de tantas prisas cuando creemos que el tiempo de las rebajas es limitado y nos precipitamos por llegar el primero para que nadie se apropie de ese objeto que creemos necesitar, es cuando debemos pararnos en seco y utilizar ese privilegio que, dicen tener los humanos. Así es, el cerebro, masa gris, o eso dicen los entendidos.
No sé, cierto, soy ignorante de la vida y nadie para dar lecciones.
Pero creé para mí un primer mandamiento y ese es mi propósito para este nuevo año, cumplirlo.
Cuando sepa darle forma y apuntalar algunos descosíos que andan sueltos os lo haré llegar.
De momento fertilizar bien la tierra y veréis como en la primavera florecerá.