jueves, 17 de diciembre de 2009

Que sepas que el final no empieza hoy

Todo comenzó tiempo atrás.
Cuánto tiempo?
No guardo memoria de fechas, sí del momento.
Qué más da un 9 de febrero que un 15 de abril, lo cierto es que esa chispa reprimida, ardió con fuerza y quemó todo.
Chamuscados quedaron los recuerdos, dulces y amargos. Aquellas vivencias que a golpe de fuerza y fe fueron los cimientos de todo un futuro.
Aquel camino que no tuve opción de elegir, impuesto por circunstancias de no sé qué procedencia, si tuyas o mías, si de otras vivencias que admitimos como nuestras, qué se yo!
No sé nada, mejor digo que... solo sé que quiero ser.
Con solo eso ya digo todo.
Esto de ahora es un parto. Y lo dice una que es muy experta en el tema.
Parto con todo su dolor, entre llantos y amarguras hay ilusión por recoger entre tus brazos el producto de tantos meses de espera.
El final no empieza hoy. En este instante es cuando reconoces que el final ya lo esperabas ansiosa tiempo atrás.
Después de una tormenta viene la calma, el sol asoma con todo su calor y aunque duela ver los destrozos ocasionados por el temporal, surge de nuevo la ilusión por el día después.
Vamos, no temas, hay, por suerte muchos caminos esperándonos.
Tan solo hemos de tener listo el equipaje y, pasito a paso, seguir adelante.
"Que sepas que el final no empieza no empieza hoy " Sabina.

2 comentarios:

Teresa dijo...

¡Cuánta verdad en esto que escribes! Yo también siento que hubo un momento en que todo ardió y ahora veo sólo cenizas a mi alrededor. También tuve vivencias e ilusiones que cimentaron el futuro, ahora sé que idealizado y prefabricado, que no llegó a ser real más que a ratos. Y ahora empiezo a parir otra vida, y me siento como en los partos: sola, teniendo que ventilarte la situación tú aunque tengas gente alrededor, porque te duele a tí y tú tienes que empujar. Pariendo con dolor y amargura otra vida distinta a la que he tenido hasta ahora, distinta a lo que ha sido mi vida y la de los que me rodean, con la carga de responsabilidad que te da que cambiando tu vida cambiarás también la de los que más quieres y la de los que te rodean, y con la sensación de que me estoy equivocando porque lo que vendrá después: la soledad, me da miedo y no es lo que deseo, no estuvo nunca en mis planes. Pero no puedo seguir como hasta ahora, tengo que tomar un camino y no veo otro. Ya sólo hay ganas de empujar, como en los partos, de tirar por algún lado, de cambiar..., y no hay vuelta atrás. En algo no estoy de acuerdo contigo: hoy sí empieza mi final, aunque sea también un principio, pero un final muy duro que endurece también el principio. Quiero quedarme con tus párrafos finales, los que ilusionan por la calma que vendrá después, por el sol, por la esperanza en un futuro mejor... pero el precio a pagar será muy alto y, en cualquier caso, lo veo muy muy muy lejano e incierto. Creo que no voy a estar mejor, pero me veo abocada a tomar esa dirección porque como estoy tampoco puedo seguir. Gracias Ana por compartir tu experiencia, ya veremos cómo es la mía.

alejandro pastor dijo...

Es complicado datar el comienzo del fin...¿Cómo poder certificar en una fecha que todo lo que daba vida ahora cansa o aburre?

Yo no recuerdo nunca el momento en que todo empezó a venirse abajo, pero si que recuerdo, de todas las relaciones que existierón, el "porqué" llegó ese día...lo recuerdo nítidamente.

saludos