jueves, 12 de noviembre de 2009

Quién esté libre de culpas...que tire la primera piedra

Rabia, indignación, verguenza me dió escuchar la noticia.
Muy temprano y me dió el dia.
Antes de ir al trabajo tomo café en la bagueteria, mi sitio de siempre. Paco me ve entrar y enseguida tengo ese cafetito humeante que me alegra el cuerpo.
Pues eso, lo cojo y me siento, unos segundos nada más, pero se agradece un montón.
Y qué noticia daban por la tele en ese momento?
El rostro de un "señor" con sotana, gafas y algo entradito en años, no sé cúal sería su categoria episcopal porque de eso no entiendo, ocupaba la pantalla y el caso es que sus palabras se me clavaron muy hondo y casi se me atraganta el sorbito de café.
"La iglesia se opone rotundamente a dar la comunión a todos aquellos que voten a favor del aborto"
Lo habéis entendido?
Eso trae cola, lo digo yo, y cola muy pero que muy larga. Valiente infamia y, con perdón, valiente pecado encierra esas palabras.
Las palabras hay que decirlas con sostén, nada de hablar por hablar.
Las palabras transmiten un mensaje, eso si están bien hilvanadas y, por supuesto uno ha de ser coherente con lo que se dice.
Ese "señor", representante de la iglesia católica actúa como inquisidor.
Volveremos a la hoguera en pleno siglo XXI?
Vállase "señor" quienfuera!
Por favor recapacite, dé marcha atrás si sabe lo que es eso, y tal vez lleguemos a entendernos.

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