lunes, 16 de febrero de 2009

"Nadie nace caminando"

No somos clones. No nos reproducimos como las bacterias. No tiene un hijo que pensar y actuar como su padre, ni siquiera empeñarnos en decir:
-míralo es idéntico a su padre o a su madre.
Creemos que así, con esa duplicación ilusoria nos perpetuamos y la vida, la nuestra, no llega a su fin sino que se la transmitimos a nuestros descendientes.
Eso sí que es morir en el intento ya que arrastramos a esos seres, los encarcelamos de por vida y le robamos algo tan bello como es la exclusividad.
No hay algo más aburrido que estar rodeado de gente que piense igual que tú, que siga tus mismos pasos, repita tus gestos y siga el mismo camino por el que tu llevas tu vida.
Tener un hijo no te da la propiedad de absorverlo ni de manipular sus actos.
El individuo es único e irrepetible. Ha de iniciarse en la dura tarea de dar los primeros pasos y tú lo observas a mediana distancia con todo el amor del mundo. Nadie nace caminando ni realiza su primera maratón a corta edad.
Formarse requiere dar un paso, caerse, levantarse aunque duela y volver,  ahora con más seguridad y cierta firmeza, a seguir labrando su propia vida.
Nunca te burles de sus ideas, cree en él y anímalo a continuar.
Y sobre todo irrádiale confianza, paz y más que todo, enséñale a sonreir  riéndote a su lado y quitándole todo el drama a las situaciones penosas con las que se enfrentará.
No quiero hacer de esto un manual para padres iniciados, solo deseo compartir algunas cosillas que he ido aprendiendo a lo largo de mi carrera como madre.
Puede que me repita y que resulte algo pesada, no es mi intención dar lecciones, pero sí alguna que otra vez hablaré sobre este tema.
"No hay bandera inquieta, sólo el viento la hace flamear.."
 

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